sábado, 3 de abril de 2010

Lo que para mí era ganancia la estimo como perdida por amor a Cristo.


Que tu quieres oír hoy? Todo depende de lo que estas tratando de oír, pídele a Dios oír lo que él quiere que tu oigas no lo que tu mente concibe oír.

Reflexionando sobre el titulo del libro “Nosotros llegamos a ser lo que adoramos”, este título implica que si adoramos de manera natural al Dios de la biblia, deberíamos llegar a ser como el Dios de la biblia.

Que tanto nos parecemos a Dios en los últimos anos? Porque puede ser que estemos adorando una concepción del Dios de la biblia (en cierta manera otro Dios), de manera que si queremos ser un imitador de Dios, la mejor forma de manera natural es adorar al Dios de la biblia. “Sed santos, porque yo soy santo.” Como seremos santos? Adorándole. La voluntad de Dios es que seamos transformados a su imagen, que seamos un reflejo de Él.

Muchos de nosotros conocemos a Dios como creador, alto, sublime y juez, pero esto no es todo. Dios quiere que le conozcamos como padre, un padre que vela por ti. No solamente basta con conocer de Dios sino que debemos de conocer a Dios. Nuestro padre celestial que nos eligió antes de la fundación del mundo y mando a su hijo a la cruz, a morir por nuestros pecados. El permite las cosas que nos ocurren pero a la vez, El está en control y teniendo el cuidado de nosotros en medio de estas. El ha prometido estar con nosotros hasta el fin del mundo.

Muchas veces no nos gusta pasar un tiempo a solas con Dios porque ahí no podemos pretender, no nos gusta ver nuestra realidad, allí no podemos impresionar a Dios, por eso preferimos estar ante los hombre porque a ellos si podemos impresionar. Debemos de ser honestos con Dios, hay muchas cosas que Dios quiere que conozcamos, las cosas que El nos ha revelado a través de su palabra y así podremos verle a El de mejor manera.

Conocemos a un Dios teológicamente pero no tenemos una vivencia con El. Pídele a Dios que abra tus ojos, dile q el que lo quieres ver. En los últimos tiempos han ocurrido muchos catástrofes, muchos dicen que son señales ante el fin, pero Dios en su palabra dice: “Estad quietos y sabed que yo soy Dios.” El está en control de todo cuanto sucede.

Hay un abismo entre lo que decimos conocer y la manera en que vivimos. Ante Dios no tenemos nada que temer porque El controla todo, no tenemos nada que ocultar porque El sabe cómo somos y no tengo nada que probar porque no lo podemos impresionar.


“Mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.” Daniel 11:32


Queremos muchas veces entender lo que Dios hace, sin antes conocerlo a él. Muchas veces pedimos lo que no necesitamos y Dios siempre reinterpreta nuestras oraciones. Debemos tratar de entender antes de hablar y de esta manera Dios está haciendo un trabajo nuevo en nosotros.

Mientras más santos somos, más sucios nos vemos, mientras más nos acercamos a Dios más pecadores nos vemos. Porque vamos teniendo cada vez más una clara conciencia de nuestra naturaleza y de lo que somos en realidad. Pero Dios nos ama aun en nuestra manera de pecado y lo ha reflejado mandando a su hijo a morir por nuestros pecados, y de esta manera nos recibe como sus hijos con los brazos abiertos.

El pueblo que conoce a su Dios no comprometerá sus convicciones, ni sus valores, darán sus vidas y actuaran. Eso es lo que Dios espera de nosotros, nosotros somos el pueblo de Dios. Si estamos comprometidos a Dios y le conocemos, venceremos el pecado y le daremos la espalda a las tentaciones.

Como comparar el valor de lo que el mundo te pueda ofrecer, con tener a Dios que llena el infinito, que todo se sostiene con el poder de su palabra?

Referencia: -“El pueblo que conoce a su Dios (Retiro IBSJ 2010)”-

viernes, 2 de abril de 2010

"Arraigados y cimentados en la palabra de Dios..."

Vivimos en una era donde queremos que todo sea instantáneo. Exigimos comunicación e información inmediata. Estamos en búsqueda de respuestas para así darle sentido a todo cuanto acontece a nuestro alrededor. Es que nuestra vida en este mundo terrenal es incierta, las necesidades y la falta de seguridad que nos presenta este mundo, nos arropa cada día más y nos llena de un afán por querer alcanzarlo. Es claro que todo cuando sucede a nuestro alrededor es impredecible para nuestras mentes, pero para Dios solo es otra pieza más que armara el rompecabezas que dará sentido a su propósito final. Nuestra seguridad y satisfacción no está en lo que queremos alcanzar y lograr, sino en las manos de quien ordena y nos guía hacia esta. La mano de nuestro buen Dios no nos deja andar a ciegas por las tinieblas aun cuando a veces con tanta oscuridad no entendamos las razones ni andemos con seguridad hacia donde el nos desea llevar, pero claro está, quien mas, que nuestro creador y padre sabrá mejor como guiarnos y llenarnos de paz al saber que él está al control de nuestras vidas.

Hace unos días escuche una frase muy pertinente para esta ocasión, que dice: “la fortaleza del roble poderoso es resultado de soportar los fuertes vientos, las tormentas, y la intemperie. Nuestras raíces no crecerán más profundas que el tiempo que invirtamos en la palabra de Dios.”

Es cierto que vivimos rodeados de mucha inseguridad e incertidumbre, muchas catástrofes han ocurrido en los últimos meses, mucho se preguntan será esto el fin del mundo? Pero he aquí porque preocuparnos si serán estas las señales las que traerá el fin de estos tiempos, en vez de darle importancia a nuestro destino eternal.

No os afanéis por aquello que no tenemos o que deseamos alcanzar, dejemos esto pues en mano de nuestro Dios, que él conoce nuestras necesidades y nos concede aun más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.