En busca de un rumbo pero sin salida, Solo quedan los pedazos de aquello que una vez existió. El lamentable precio que aquellas familias están sufriendo, por este gran terremoto que sacudió a nuestro vecino país Haití.
Tratando de calmar aquellos corazones destrozados, lagrimas que caen por sus rostros al ver a su alrededor y solo observar el vacio y la soledad que los rodea.
Entre el polvo y los escombros, lagrimas y perdidas, solo viene a mi mente el momento en que Job perdió todo y dijo: “…Jehová dio, Jehová quito, sea el nombre de Jehová bendito…”
No cabe duda alguna que hay una necesidad, pero más allá de la búsqueda de refugio y protección se encuentra la necesidad espiritual de sus corazones.
Aunque atravesemos por las situaciones más difíciles solo Dios tiene control y para El no hay nada imposible. Porque después de la tormenta siempre viene la calma.
Por lo que en estos momentos solo espero que ellos encuentren su refugio y escudo en nuestro Dios, El ayuda al desamparado, es consolador y protector mas allá de lo que somos capaces de entender.
Y más aun que ellos encuentren descanso en su gracia, porque solo por medio de esta encontraremos sostén ante tanto dolor.
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